Moraleja

Todos estamos acostumbrados a recibir cantidades ingentes de mails que nos resultan insulsos, más por la abundancia de ellos que por su contenido. Pero el otro día recibí uno que contaban unas historias con moralejas bastante interesantes. Una de ellas decía más o menos así:

Hace ya tiempo cuando un helado costaba mucho menos que en la actualidad, un niño de unos diez años entró en una heladería y se sentó en una mesa. La camarera se acercó y el niño le preguntó:

- ¿Cúanto cuesta un helado de chocolate con almendras?
- Cincuenta pesetas-contestó la camarera con desgana. El pequeño examinó las monedas que llevaba encima y preguntó de nuevo:
- ¿Y un helado solo?

La camarera empezó a impacientarse al darse cuenta que otros clientes esperaban ser atendidos. De forma airada le respondió:
- Treinta y cinco pesetas. Si lo quieres, vale. Y si no, lárgate, que me estás ocupando una mesa.

El niño volvió a contar sus monedas y dijo que quería el helado solo. Una vez consumido, pagó en la caja y se marchó. Cuando la camarera se acercó a la mesa para limpiarla, se quedó asombrada y apenas sin poder tragar saliva de lo que vio. Junto al plato del helado vacío, el niño había dejado su propina: veinticinco pesetas.

Ponedle la moraleja que queráis.

3 comentarios:

India dijo...

Muy buena historia,Corban...me encanta cuando hay moraleja,aún siento ese regustillo nervioso interior de cuando era pequeña...y notaba que la historia me contaba algo más que una historia...
Achuchones!
Dale recuerdos de mi parte a tu hermano Evánder,pídele disculpas por mi ausencia,por favor...eg que toy tontona con la primavera.

Ventiladorcular dijo...

HEy Ecorbander. A mí me agobian mogollón los mails peñazos. El 90% de las veces los elimino, jejeje...
Bueno, este tiene su aquél. Para empezar, existe la tendencia generalizada de tratar a los niños con aire de superioridad. Y resulta que esa tendencia se generaliza en muchas ocasiones tb entre adultos. Una buena lección siempre sirve de mucho. Abrazo

miguelángelo dijo...

Muy buena Corban, la terminé con una sonrisa.El niño tenía 60 pesetas, regateó el precio de 50,le maltrataron verbalmente por ser pobre, compró su helado en 35 y dejo ¡25 pesetas de propina!

No hay que juzgar por las apariencias. Buen ejemplo le dio a quien vendía. (parece ser ésta tu última nota)¿haz dejado de escribir? sería una pena.
Te saludo desde Buenos Aires
Miguel